Hola, chicos y chicas. Comenzamos nuestro blog en este curso 2009/2010. Las "seños" de 2º esperamos que hagáis uso de él, leáis lo que colgamos, hagáis vuestros comentarios e incluso aportéis ideas sobre lo que podemos poner.
Como primera entrada, un bonito cuento sobre los derechos de la infancia, ya que en este mes celebramos su día. Este trata sobre la integración, y nos cuenta cómo debemos dar la oportunidad a quienes tienen alguna minusvalía para que demuestren todas sus cualidades, evitando que sus problemas nos impidan tratarlos con normalidad
El día del silencio
( por Pedro Pablo Sacristán )
Regal no podía oír nada. Era un niño normal en todo, pero había nacido sordo. Era muy famoso en el pueblo, y todos le trataban con mucho cariño, pero a la hora de la verdad, no le tenían muy en cuenta para muchas cosas. Los niños pensaban que podría hacerse daño, o que no reaccionaría rápido durante un juego sin oir la pelota, y los adultos actuaban como si no fuera capaz de entenderles, casi como si hablaran con un bebé.
( por Pedro Pablo Sacristán )
Regal no podía oír nada. Era un niño normal en todo, pero había nacido sordo. Era muy famoso en el pueblo, y todos le trataban con mucho cariño, pero a la hora de la verdad, no le tenían muy en cuenta para muchas cosas. Los niños pensaban que podría hacerse daño, o que no reaccionaría rápido durante un juego sin oir la pelota, y los adultos actuaban como si no fuera capaz de entenderles, casi como si hablaran con un bebé.
A Regal no le gustaba mucho esto, pero mucho menos aún a su amigo Manuel, que un día decidió que aquello tenía que cambiar. Y como Manuel era el hijo del alcalde, convenció a su padre para que aquel año, en honor de Regal, dedicaran un día de las fiestas a quienes no pueden oir, y durante 24 horas todos llevaran unos tapones en los oidos con los que no se pudiera oír nada.
La idea fue muy bien recibida, porque todos querían mucho a Regal, que durante las semanas previas a las fiestas tuvo que aguantar bastantes miradas de lástima y sonrisas compasivas. Y el Día del Silencio, como así lo llamaron, todos fueron a ponerse sus tapones con gran fiesta y alegría. La mañana estuvo llena de chistes, bromas y risas, pero según fueron pasando las horas, todos comenzaron a ser conscientes de las dificultades que tenían al no poder oir.
Pero todo lo que aprendieron sobre lo difícil que era vivir así, no fue nada comparado con el gran descubrimiento del día: ¡Regal era un fenómeno! Como resultaba que ya nadie se fijaba en su sordera, aquel día Regal pudo jugar a todo como cualquier niño, y resultó que era buenísimo a casi todo. Y no sólo eso; Regal tenía una mente clara y ágil y aquel día como nadie tenía la prisa habitual todos pudieron atender a Regal, que era quien mejor se expresaba por gestos. Y todos quedaron sorprendidos de su inteligencia y creatividad, y su facilidad para inventar soluciones a casi cualquier problema. Y se dieron cuenta de que siempre había sido así, y que lo único que necesitaba Regal era un poco más de tiempo para expresarse bien.
Así que el Día del Silencio fue el del gran descubrimiento de Regal, y de que había que dar a todos la oportunidad de demostrar lo que valían. Y para que otros aprendieran la misma lección, desde aquel día, cada vez que alguien visitaba el pueblo le recibían con gran alegría, poniéndole un gran gorro con el que no se podía oir nada.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado